¿Cómo operan las Sedes regionales de Univalle?
Durante tres décadas miles de jóvenes a lo largo y ancho
del Departamento del Valle del Cauca, han podido acceder a la educación
superior, gracias al sistema de Regionalización de la Universidad del Valle.
Sin embargo, el tipo de educación impartida por este modelo no ha cumplido con
las condiciones mínimas que debe tener una institución creada para la
producción, transmisión y difusión del conocimiento. Con mínimas nos referimos
a: cuerpo de profesores con garantías laborales y académicas; planta física y
tecnológica adecuada; laboratorios especializados para la investigación
científica; programas de bienestar universitario; bibliotecas, entre otros.
La primera condición para superar los problemas de las Sedes Regionales, es que el Estado destine recursos públicos, suficientes y de manera oportuna, a la base presupuestal de la Universidad del Valle, condición que actualmente es contraria a la política neoliberal de asfixiar financieramente a las universidades públicas del país. El reto de la presente generación de estudiantes y profesores de la Universidad del Valle es conquistar un modelo de universidad pública, gratuita, de altísima calidad y al servicio del desarrollo regional y nacional.
La primera condición para superar los problemas de las Sedes Regionales, es que el Estado destine recursos públicos, suficientes y de manera oportuna, a la base presupuestal de la Universidad del Valle, condición que actualmente es contraria a la política neoliberal de asfixiar financieramente a las universidades públicas del país. El reto de la presente generación de estudiantes y profesores de la Universidad del Valle es conquistar un modelo de universidad pública, gratuita, de altísima calidad y al servicio del desarrollo regional y nacional.
Los problemas de las Sedes Regionales de la Universidad
del Valle no es solo producto del abandono estatal por la adecuada financiación
de las universidades públicas. El modelo fue concebido para funcionar con el
pago de las matrículas. La idea de un sistema de regionalización con matrícula
diferenciada para ser autosostenible, fue diseñada por Rudolph Atcon en el plan básico de modernización de la
universidad latinoamericana [1], en 1966. Así, durante veinte años (1986 –
2006) la autofinanciación del sistema fue la regla, de tal suerte que el 95% [2 - Pág 80]de los recursos para el funcionamiento de las 9 Sedes Regionales provenían del
pago de matrículas de los estudiantes.
Para poder hacer operativo un sistema de Sedes que
funcionaran con recursos provenientes de matrículas, crearon una estructura de
bajo costo, ELMINANDO y RESTRINGIENDO las características que hacen costosa la educación
superior. El cuerpo profesoral tiene dedicación hora cátedra, subcontratados
por una Fundación pública-privada, sin garantías para la formación académica, sin
programas de bienestar universitario y su salario equivale al 50% de lo que establece
la Ley. Los estudiantes no disfrutan de los programas de bienestar universitario:
servicio médico, restaurante, subsidio de vivienda y demás programas de apoyos
socioeconómicos. Los escenarios para práctica de los programas académicos, los
laboratorios, son limitados o en otros caso inexistentes. La lista de
limitaciones es larga y vergonzosa.
Sobre las Fundaciones es importante mencionar la función que la Dirección Universitaria les asignó, a través del Estatuto General de la Institución, Acuerdo 004 de 1996: ARTICULO 44o. Las Sedes del Sistema de Regionalización son financiadas y administradas por Fundaciones Mixtas integradas por las entidades territoriales interesadas, la Universidad del Valle y los distintos sectores de la sociedad civil. Con estas Fundaciones la Universidad del Valle celebrará un convenio de cooperación académica-institucional. (Subrayado y negrillas del autor). La fuente principal de recursos para estas organizaciones era el cobro de las matrículas.
Sobre las Fundaciones es importante mencionar la función que la Dirección Universitaria les asignó, a través del Estatuto General de la Institución, Acuerdo 004 de 1996: ARTICULO 44o. Las Sedes del Sistema de Regionalización son financiadas y administradas por Fundaciones Mixtas integradas por las entidades territoriales interesadas, la Universidad del Valle y los distintos sectores de la sociedad civil. Con estas Fundaciones la Universidad del Valle celebrará un convenio de cooperación académica-institucional. (Subrayado y negrillas del autor). La fuente principal de recursos para estas organizaciones era el cobro de las matrículas.
Hasta el año 2007 los estudiantes de las Sedes Regionales
pagaron el famoso derecho de sede, una forma bonita de nombrar la matrícula
diferenciada. Un paro estudiantil de 33 días en el año 2005, permitió que desde
el año 2007 [3] los estudiantes de las Sedes Regionales pagaran el mismo arancel de matrícula que un
estudiante de las Sedes en Cali. No obstante, los recursos públicos destinados
para sustituir el sobrecosto en las matrículas de los estudiantes, no alcanzan
para superar los problemas de las Sedes, solo aliviaron el bolsillo de las
familias.
Los ajustes realizados y los propuestos por la Dirección
Universitaria dentro la reestructuración para convertir algunas Sedes en
Seccionales CARECEN de la condición
esencial que permita corregir los históricos problemas del sistema: recursos
públicos suficientes, de manera oportuna y procedente del Estado Central. El proyecto
de seccionalización está sustentado
en lo financiero en mantener la política neoliberal
de la autofinanciación, con el elemento novedoso de las “Alianzas
pública-privadas” para desarrollar proyectos de inversión en infraestructura
física, tecnológica e investigación científica en donde se pueda.
Invitamos a los estudiantes, profesores y trabajadores de
las Sedes Regionales a vincularse en el debate que está guiando la Mesa Amplia
Nacional Estudiantil, MANE, en procura de conquistar una universidad pública,
gratuita y de calidad para un país con soberanía, democracia y paz.
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